Y hablando de princesas que estudian en Gales, ¿Has pensado tú alguna vez en ir a la universidad allí?

Hace muchísimo tiempo yo cursé sociología en el Colegio Universitario del Norte de Gales en Bangor. Me quedé el primer año en una residencia estudiantil situada en la parte alta de la ciudad. La habitación estaba en el piso superior y desde el balcón se veían las montañas del Parque Nacional de Snowdonia. Cada mañana durante el invierno yo despertaba a la hermosa vista de la sierra cubierta de nieve. Fue por aquel entonces que me quedé enamorado de Gales.

Peter Bruster. Snowdonia en Invierno

Desde entonces a esta parte tomo por lo menos una vacación al año allí, igual que muchos de mis compatriotas. Gales tiene un paisaje más agreste y montañoso que el de su vecino inglés. Además, por lo general, sus lugares de belleza no se ven estropeados por pubs, chiringuitos y tiendas de recuerdos. Tiene mucho menos habitantes por kilómetro cuadrado. La mayoría de sus costas están intactas y no se ven empañadas por grandes urbanizaciones turísticas.

CADW/Visit Wales. La iglesia de San Cwyfan en la costa occidental de Anglesey con las montañas de Snowdonia a lo lejos

Gales es la única nación en el mundo que tiene un sendero ininterrumpido que recorre toda la costa: un camino muy pintoresco de unos 1400 kilómetros de largo. La única e importante excepción se encuentra en la costa norte. Entre Chester y Llandudno está la industria pesada del estuario del río Dee, seguida de una sucesión de ciudades poco atractivas y un sinfín de parques de caravanas. Estos parques kilométricos dominan toda la extensión del litoral que no esté ocupado por las ciudades. A lo largo de los últimos setenta años estas caravanas han ido proporcionando vacaciones económicas a la gente del noroeste de Inglaterra y no se van a desaparecer pronto, dados los años económicos difíciles que se nos están acercando. (Esto puede ser un poco snob e injusto).

geograph.org.uk. Banco con vista

Pero, el resto de la costa es pura delicia, especialmente el oeste y el sur – altos acantilados, iglesias remotas, playas desiertas, pequeñas ciudades y pueblos interesantes. Es un país de castillos, construidos en su mayoría por los normandos y los ingleses en sus intentos de dominar al pueblo y prevenir ataques de fuera. El sendero costero pasa por unos alcázares magníficos, siendo Conwy, Caernarfon, Harlech, Chepstow y Beaumaris unos de los mejores ejemplos. (En el caso de San Donato que mencioné en el post del mes pasado, el camino pasa por la plataforma de hormigón que protege los terrenos del castillo de los embates de las mareas altas). Pero el camino pasa por muchos otros sitios de interés histórico, en particular la catedral de San David situada en el rincón suroeste del país. 

James Preston. La Catedral de San David vista del Palacio del Obispo

Si te gusta el senderismo, Gales es el sitio ideal. Está atravesado por rutas de corta y larga distancia. Recomiendo el Offa’s Dyke Path que sigue la ruta del dique que el Rey Offa de Mercia (un reino en el centro de Inglaterra que existió en la Alta Edad Media) hizo construir en el siglo sexto para controlar la frontera con Gales. El sendero no sigue la frontera actual de los dos países sino que se entrelaza con la línea limítrofe, el recorrido alternando continuamente de un lado al otro. Se puede completar en 9 o 10 días. Incluso existe el Camino de Glyndŵr que te conduce a unos de los sitios más remotos del centro del país. 

George Evans. Hatteral Ridge, en el sendero de Offa’s Dyke

Gales se parece un poco a Galicia. Ya sé, porque he vivido en ambos países. Los climas son parecidos: llueve “de vez en cuando”. Pero no hace calor en Gales en el verano; las temperaturas veraniegas en Wrexham o Brecon raras veces igualan las que se experimentan en la Galicia profunda, en Lugo o Ourense. Los dos países tienen también el mismo número de habitantes y una superficie más o menos igual.  En Gales, Galicia y todo país agropecuario, la población rural está distribuida de una forma esparcida. Galicia tiene millones de vacas pero Gales se especializa en ganadería ovina. No sé la proporción entre ovejas y seres humanos pero yo recuerdo una interminable sucesión de campos de ovejas en el sendero de Offa’s Dyke, una pesadilla si vas acompañado de perro. Aunque Gales es un país montañoso, sus cordilleras no son tan altas como las de Galicia. Gales es un país bilingüe pero, a diferencia del gallego, el idioma autóctono no guarda relación alguna con el idioma del Estado del que forma parte; es un idioma celta que ha descendido del habla de los antiguos británicos que se retiraron al norte y al oeste de estas islas para escapar de las incursiones de los invasores germánicos durante los primeros siglos de la Era Común. Si en aquel entonces los galeses hubieran derrotado a los anglosajones es posible que toda la gente en Gran Bretaña estuviéramos hablando galés ahora. Una cosa final sobre Galicia: el Colegio Universitario del Norte de Gales en Bangor alberga el Centro de Estudos Galegos de Gales. (El centro goza de una buena biblioteca.)

Aunque Gales es un país bilingüe, su propio idioma se oye más y mejor en el centro y en el oeste. Aquí, detrás de las montañas, la lengua ha permanecido intacta durante muchísimos siglos y generaciones de invasores romanos, normandos y anglosajones se han visto obligados a dar marcha atrás frente a la resistencia valiente de los feroces guerreros galeses. (Bueno, las cosas no ocurrieron exactamente de este modo, pero suena más romántico decirlo así.) 

El último líder que montó una rebelión armada contra la corona británica fue el héroe emblemático de los nacionalistas galeses modernos, Owain Glyndŵr, el hombre que luchó contra las fuerzas de Henrique IV a comienzos del siglo quince. Glyndŵr hizo bien pero, al final, él fracasó en su intento de liberar su país porque le faltaban la artillería y la fuerza naval para proteger el terreno y las fortalezas que había capturado. 

En ciudades como Caernarfon, en el noroeste, el galés es el único idioma que oyes. Lo irónico es que apenas se oye en la capital, Cardiff / Caerdydd, cerca de la frontera con Inglaterra, donde el idioma solo hace acto de presencia en la señalización de carretera. Hay gente que dice que hoy en día el galés está cediendo terreno al inglés aunque igualmente hay otros que dicen que la lengua está en auge. 

La Universidad de Gales tiene cuatro colegios principales: Bangor, Aberystwyth, Swansea y Cardiff. Todos son bilingües pero se pueden estudiar muchos módulos y unidades a través del galés. Claro que tienes que ser capaz de hablar el idioma bien. Sin embargo, el Departamento de Estudios Galeses y Celtas del Colegio Universitario de Aberystwyth está a disposición de quien desee estudiar el idioma desde cero; esta carrera de filología galesa para principiantes dura cuatro años. 

Ahí lo tienes. Si eres joven y posees el don de idiomas, esta es una oportunidad de aprender la cultura, la historia y la literatura del idioma celta más pujante del mundo. Además, si quieres complementar tus estudios con los deportes al aire libre, el senderismo, la escalada, el windsurf, el coasteering o lo que sea, este es tu sitio.

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